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miércoles, 11 de febrero de 2009

Sobre el estándar y la norma

Audrey Cordova Flores

En el fragmento de José Antonio Pascual Rodríguez y de Emilio Prieto de los Mozos se aclaran dos nociones: la lengua estándar y la norma. En primer lugar es importante destacar que los problemas de lengua no se pueden solucionar tratando que todos los hablantes hablen de la misma manera. Nuestro "hablar" evoluciona con lo que nos rodea: el pasado, la geografía, nuestro grupo social y lo que damos por conocido.

La variación de una lengua es "un atributo natural de los sistemas lingüísticos". Una lengua siempre está estructurada, no es un simple conjunto de conceptos o nombres sin conexión. Por lo que la variación lingüística es importante e inevitable. (Dialectos)
Hoy en día el interés por la lingüística es cada vez menos importante por parte de los hablantes. Se trata de un antinormativismo lingüístico. No se puede confundir el estándar con la lengua general.

La noción de estándar está ligada a las nociones de prestigio, convención e historia. Por lo que le toca al hablante tener la competencia lingüística suficiente para saber lo que es o no correcto o adecuado para sus enunciados. Es importante recordar que todos tenemos una visión del mundo diferente y que lo que le parezca formal o informal a algunos no lo es para otros.
La sociolingüística moderna permite estudiar las valoraciones sociales.
La primera condición a la creación de un estándar consiste en escoger la variedad o variedades que nos permita escribir o hablar prestigiosamente. Además la noción de estándar es subjetiva y social y no tiene nada que ver con la lengua común. La pronunciación refleja en lo posible la lengua escrita y se atenúan los rasgos particulares de una determinada región; se busca la mayor transparencia de significado y disponibilidad en el léxico, y en la gramática.

La noción de norma, es definida como la estructura de la lengua. Nos permite tener actitudes diferentes según el momento en el cual estamos y utilizar la lengua de manera más seguros. Uno de los ejemplos que nos proponen Pascual y Prieto radica en los casos cuando estamos buscando trabajo y nos vamos a entrevistas: si estamos acostumbrados a cambiar el registro con facilidad, no tendremos ningún problema. También tenemos que prestar atención al modo de vestirse, pero esto siempre tiene que coincidir con la manera de hablar, ya que será inútil si no logramos de combinarlos estratégicamente.
"El relativismo en la valoración de los hechos de norma procede de que las elecciones prestigiadas en un determinado grupo social deban más al triunfo de una moda que a los dictados de la lógica".Las dificultades de normas siempre han causado pánico en los hablantes

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