Carlos III

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domingo, 17 de mayo de 2009

miércoles, 25 de marzo de 2009

Los Neologismos


Neologismos totales:

Los neologismos → La palabra proviene del griego, logos, que significa lenguaje.

  • Definición Diccionario de uso del español, María Moliner, es la siguiente = “Palabra o expresión recién introducida en una lengua. Son, en general, considerados legítimos, sin necesidad de que estén sancionados por la Real Academia, los tecnicismos necesarios para designar conceptos nuevos, así como las designaciones científicas formadas con una raíz culta para atender una nueva necesidad, de acuerdo con las normas generales de la derivación”.
  • Definición de la Real Academia Española = “Vocablo acepción o giro nuevo en una lengua”.

Los neologismos se introducen en una lengua cuando hay necesidad de nombrar una realidad nueva o integrar nuevos conceptos o ideas. Los neologismos pasan por tres etapas: en primer lugar la aceptación e introducción oral de la palabra; en segundo lugar la expansión y por fin el acertamiento (asimilación e introducción en la gramática). El neologismo se divide en dos ramas: los neologismos de forma y los neologismos de significado (o de sentido).

Existen diferentes caminos para poder crear un neologismo de forma: prefijación, sufijación, préstamos o siglas:

Prefijación

Ciber- + espacio = ciberespacio.

En el caso de los Préstamos, en general, son palabras que se adaptan bien a la lengua, como eslógan, córner, penalti.

Algunas veces el uso de una palabra o concepto adaptado por préstamo desde mucho tiempo es irremplazable y la nueva propuesta por aquel concepto es rechazada por la gente = La gente prefiere que se escriba whisky antes que güisqui.

Puede existir un posible problema para la unidad del idioma: diferente adaptación en los distintos países (restaurante – restorán), o términos distintos (computadora – ordenador).



Por otro lado, existen los Neologismos Semánticos, que son aquéllos formados por la modificación del significado de una base léxica, por ejemplo: buscador (informática), parqué (pista de baloncesto), ratón (informática); otra manera de describirlos es como el empleo de un significante ya existente otorgándole un contenido que no tenía anteriormente, ya sea conceptualmente nuevo, o bien se expresase hasta entonces mediante otro significante. Este es el neologismo más frecuente, ya que el idioma se transforma constantemente con nuevos matices de expresión.

. También puede tratarse de un neologismo formado a partir de un nombre propio (de persona o marca registrada) utilizado como nombre común.

Ej.: bollicao, nivea, pescanova, tupperware, kleenex...

Los cuales nos llevan a utilizar cada vez menos un vocabulario extenso y variado (bollito relleno, crema hidratante, caja de plástico, pañuelo...) ya que para los nuevos inventos se requieren nuevas palabras que los denoten, así aparecen los neologismos en general, y los semánticos aparecen, podríamos concluir, del préstamo de palabras antiguas al 'nuevo invento'.



Audrey Córdova

Andrea Echeverría


FUENTES:

. Neologismo de forma, AIT (Asociación de Técnicos Informáticos)

. RAE

. La clasificación de neologismos: una tarea compleja, Mª Teresa Cabré Castellví

. Apuntes de clase

. Diccionario de uso María Moliner




miércoles, 11 de marzo de 2009

La acronimia

La acronimia se define como una parte de la morfología referida al proceso de la formación de palabras. En este proceso debemos distinguir dos formaciones:

1- Las palabras formadas a partir de unión la de elementos de varias palabras (como en teleñeco, que surge de la unión de televisión y muñeco). Estas formaciones suelen pronunciarse tal y como se escriben y son utilizadas en la lengua como cualquier otra palabra.

2- También pueden formarse a través de siglas (como en ovni o Unesco). La siglación es la formación de palabras simplemente con los primeros fonemas de varias palabras. Lo importante en las siglas es darse cuenta de que la pronunciación es idiosincrática (fijémonos en la pronunciación de UGT o BBVA), cambiamos el acento y la pronunciación.
Según el D.R.A.E., un acrónimo es un “tipo de sigla que se pronuncia como una palabra” o un “vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras, constituido por el principio de la primera y el final de la última u otras combinaciones.”

GÉNERO Y NÚMERO
La mayoría de los acrónimos formados a partir varios de elementos adquieren el género masculino. Decimos “un quásar”, a pesar de que “fuente” es femenina. Sin embargo, los acrónimos originados a partir de siglas adoptan el núcleo de la denominación completa (decimos “la uci”, porque “unidad” es una palabra femenina).
Para formar el plural los acrónimos siguen las reglas generales de su formación en español (ovnis, radares, transmisores).

PROCEDENCIA EXTRANJERA
A nuestro idioma se han incorporado muchas palabras que originalmente son siglas o acrónimos ingleses. Estas palabras han creado desacuerdos entre los lingüistas. “Motel” para unos es un acrónimo en inglés, y para otros es un préstamo. En algunos casos los acrónimos de origen extranjero se traducen, como en sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida); y no aids (acquired inmune deficiency síndrome) y OTAN (Organización del Tratado del Atlántico); y no NATO (North Atlantic Treaty Organization), aunque en la actualidad se tienede a la unificación.

ALGUNAS NORMAS DE USO
Los acrónimos que se han incorporado a la lengua general se escriben con minúsculas, admiten la división con guión a final de línea y siguen las reglas de acentuación gráfica del español.


Fuentes:

http://ww.rae.es
http://es.wikipedia.org/wiki/Acronimia
Diccionarino panhispánico de dudas

miércoles, 4 de marzo de 2009

Malos usos de los pronombres personales átonos

Los pronombres personales átonos son aquellos que funcionan como complemento verbal no preposicional o como formante de los verbos pronominales. Como todos los pronombres deben estar necesariamente ligados al verbo. Estos pronombres son: me/te/la-le/lo-se/nos/os/los-las-les.

En tercera persona se utiliza LO y LA para el complemento directo diferenciando el género. En cambio en el complemento indirecto no existe esta diferenciación, por lo que se utiliza el pronombre LE.


Sin embargo, la norma no es siempre utilizada por los hablantes en la vida cotidiana.
El uso de la tercera persona es a veces incorrecto:
. Laísmo
. Leísmo
. Loísmo

El LAÍSMO
Es el uso impropio de la cuando funciona como complemento indirecto femenino y se utiliza incorrectamente en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
El área propiamente laísta se circunscribe básicamente a la zona central y noroccidental de Castilla.
Hay veces en las que incorrecciones o vacilaciones en el uso de los pronombres átonos de tercera persona no se deben a la tendencia dialectal señalada anteriormente, sino a la duda del hablante sobre el tipo de complemento (directo o indirecto) que debe utilizar con algunos verbos.
Incluso en zonas en las que los pronombres átonos distinguen funciones gramaticales, hay verbos que unas veces se construyen con pronombres de complemento directo [lo(s), la(s)] y otras con pronombres de complemento indirecto [le(s)], dependiendo de distintos factores; otros verbos están inmersos en un proceso de cambio de intransitivos (verbos que no se construyen con complemento directo) a transitivos (verbos que necesitan de la presencia de un complemento directo), y viceversa.

Ejemplos de mal uso del pronombre LA:

→ “¿La* dijiste eso a Bea? Sí, ya se lo dije.”
→ ‘’La* di su regalo de cumpleaños y la* gustó mucho. ’’

Norma: Dado que es un complemento indirecto el pronombre no debería ser LA, sino LE.

EL LEÍSMO
Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función.

Surge en Castilla durante la Edad Media. Todos estos fenómenos parecen deberse al nacimiento, en época temprana de la evolución del castellano, de una tendencia que, a diferencia de lo que ocurría en latín, en lugar de distinguir funciones gramaticales a través de las distintas formas pronominales —le(s) para el complemento indirecto y lo(s), la(s) para el complemento directo—, tiende a diferenciar entre masculino y femenino, por un lado, y entre persona y cosa por otro.

Suelen distinguirse dos zonas leístas en el mundo hispanohablante en líneas muy generales: una marcadamente leísta, que abarca el área central y noroccidental de Castilla (junto con focos aislados en ciertos países hispanoamericanos) y otra no leísta, que abarca la mayor parte del mundo hispánico. Aún así, el leísmo no es un fenómeno especialmente reprobable.
Sin embargo, hay excepciones a esta regla: en muchas zonas ‘no leístas’ ocurre que el uso del pronombre LE esté mal extendido, como ocurre en:

· En el Ecuador, el contacto con el quechua (allí llamado quichua) da lugar a la utilización exclusiva de le(s), independientemente de la función sintáctica que desempeña el pronombre y del género de su antecedente.

· En las zonas andinas del Perú, Bolivia y el noroeste de la Argentina, el español ha convivido o convive con el quechua y el aimara. Como consecuencia de esta coexistencia, a veces se documentan en estas zonas usos de le(s) en función de complemento directo, tanto masculino como femenino, si el referente es animado.

. En el País Vasco y norte de Navarra, zonas del norte de España en las que el español se halla en contacto con el euskera, se emplea le(s) para el complemento directo, con referente tanto animado como inanimado, y con independencia del género del antecedente.

. En el español hablado en Cantabria (España) se utiliza la forma le para el complemento directo masculino cuando el antecedente es un nombre singular contable, mientras que se utiliza como forma única lo cuando el antecedente del complemento directo es incontable, independientemente de su género y su número.

Ejemplos de mal uso del pronombre LE:

→ “Los policías le* cogieron de la cintura, le* levantaron en vilo y le* lanzaron a la caja del camión”
→ “Ignoro si tiene usted hogar o no le* tiene” (Unamuno Niebla [Esp. 1914])
→ “El coche [contable] le* compramos hace un año’’

Norma: Dado que todos los antecedentes de estos pronombres funcionan como objeto directo en la oración, no puede ser LE, forma de indirecto, utilizado en vez de LO, forma de directo.

EL LOÍSMO
Es el uso indebido de los pronombres LO(S) para el objeto indirecto masculino o neutro, en lugar de LE(S); el mismo caso que en el Laísmo, solo que aplicado a los otros géneros.
Al igual que el laísmo y el leísmo, comienza a fraguarse en la Castilla primitiva durante la Edad Media. La incidencia del loísmo ha sido siempre muy escasa en la lengua escrita, especialmente en singular, y solo se documenta hoy en textos de marcado carácter dialectal. La marginación de este fenómeno dentro de la propia norma peninsular de España hizo que no se instalase en el español atlántico (Canarias e Hispanoamérica).

Se aprecian usos loístas (y laístas) más frecuentes, incluso entre hablantes de cierta cultura, con verbos que se construyen como semilocuciones verbales. Casos como echar un vistazo, prender fuego, sacar brillo. No deben confundirse estos casos con los de verdaderas locuciones verbales formadas por un verbo y un sustantivo, como hacer añicos o hacer polvo, cuyo complemento sí es directo: Tiró el jarrón y lo hizo añicos; La noticia de la muerte de Pedro los ha hecho polvo.


Ejemplos de mal uso del pronombre LO:
→ “Al árbitro lo* pegaron después del partido”
→ “Los* dije que no se movieran de aquí”

Norma: Dado que lo(s) son formas pronominales que, cuando se utilizan, vienen a desempeñar la función del complemento directo, la misma forma para desempeñar función de complemento indirecto no es correcta. Los que sí lo son, son usos como “Lo vi” (a él), “La vi” (a ella), “Los vi” (a ellos), y “Las vi” (a ellas).


Fuentes

RAE

La guía 2000, lengua

miércoles, 18 de febrero de 2009

FORMACIÓN DEL PLURAL EN EL CASO DE LOS NEOLOGISMOS DE ORIGEN EXTRANJERO

Cuando una palabra que procedente de una lengua extranjera se incorpora al español se produce una adaptación en su gramática. Este cambio incluye variaciones en su género y en la transformación del singular al plural.
La gran mayoría de estas palabras son sustantivas. Pongamos como ejemplo los anglicismos: el número de adjetivos y verbos es mucho menor, y sólo se han recogido dos interjecciones, (hurra y top) y una locución (full time).

Cuando el cambio se produce a partir de una lengua que diferencia entre los géneros masculino y femenino, como en el francés y el alemán, la adaptación al español no suele variar su género. La regla cambia en el caso de los anglicismos, puesto que el inglés no hace diferencia de género. En este caso los sustantivos suelen incorporarse creando formas masculinas.

Estos sustantivos están recogidos en el D.R.A.E., pero en él sólo encontramos palabras en singular, por lo tanto, cuando aparecen neologismos en la lengua española que tienen su origen en idiomas extranjeros, la formación de plural en los sustantivos no se adapta a una regla concreta, sino que varía en cada caso.

En ocasiones, el D.R.A.E. añade una –e al final de algunos sustantivos de origen inglés, como por ejemplo club o film, que en vez de formar su plural como clubs o films, lo hacen correctamente como clubes o filmes. Pese a estas excepciones, lo habitual es que la lengua española pluralice los préstamos ingleses mediante la agregación del sufijo –s, tradicionalmente añadido en los sustantivos en castellano. Tales son los casos de bistec(s), clic(s) o tic(s). Del mismo modo, formamos los plurales de las palabras que adaptamos de otros idiomas: spaghetti es traducido y pluralizado como espaguetis; o talibán, que es ya de por sí plural, es convertido en talibanes cuando nos referimos a un conjunto de ellos.
El asunto se complica cuando nos referimos a vocablos terminados en – y, como por ejemplo groupy o hippy. En estos casos, la formación del plural se realiza sustituyendo la –y final por una –i; y añadiendo después el sufijo que indica plural normalmente: groupies, hippies.
Existen algunas palabras de origen extranjero que utilizamos normalmente pese a que no están aprobadas por el D.R.A.E., como non-stop, que mantienen su forma original en el plural porque casi siempre se utiliza su forma singular. Existen otras, como clown(s), admitida por la Academia, cuyo uso puede parecer innecesario porque contamos con una traducción castellana (payaso); por tanto, ante la duda en la formación del plural, la mejor opción es utilizar la palabra en castellano.

Respecto a los vocablos latinos, la norma ha terminado por adaptarse al uso. De manera general, los latinismos forman su plural con –s (déficit y déficits, o hábitat y hábitats), con -es, o manteniendo su forma invariable.
Sin embargo, es preferente utilizar las variantes hispanizadas de los latinismos cuando éstas existan y, consecuentemente, también su plural; por ejemplo, currículos en vez de currículum o podios en lugar de pódiums.

Una vez más nos encontramos ante un ejemplo de cómo la lengua va evolucionando, y de que la lengua escrita es un reflejo de la lengua oral.
La mayoría de los neologismos incorporados desde lenguas extranjeras a nuestro idioma en los últimos siglos son anglicismos, puesto que el inglés es la lengua del “imperio americano”, de la globalización, de internet y de las nuevas tecnologías. La adaptación de estos sustantivos nos convierte en testigos de cómo la historia contemporánea se plasma en nuestra lengua.


FUENTES:

http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n8-DominguezMejias.pdf

http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagbv003.php

http://www.onomazein.net/10/anglicismo.pdf

http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/Gram%C3%A1ticas/Gram%C3%A1tica%20espa%C3%B1ola/Plural%20-%20Formaci%C3%B3n.htm

Apuntes de la clase magistral de Alberto Bustos Plaza

Diccionario de la Real Academia Española

jueves, 12 de febrero de 2009

RESEÑA DE “SOBRE EL ESTÁNDAR Y LA NORMA” de José Antonio Pascual Rodriguez y Emilio Prieto de los Mozos

–C.Kent y M. D. de la Calle (eds.): “Visiones Salmantinas (1098)”, Salamanca, Universidad de Salamanca – Ohio Wesleyan University.

RESUMEN

Los hablantes deben tener consciencia de la lengua que emplean, pues ésta forma parte de los patrones culturales de cada grupo. Las lenguas evolucionan y varían con el paso del tiempo, dependiendo de las zonas geográficas y de los distintos estratos sociales. La investigación y acotación del uso de las variables de la lengua que realizan los lingüistas nos ayuda, no sólo a entenderla, sino también a saber utilizarla adecuadamente según la ocasión.

En la evolución de una lengua la labor de codificación es tarea de los lingüistas, quienes han de indicar cuál es el uso correcto de la lengua, y también han de estudiar y explicar aquellos usos considerados incorrectos. Ambas labores son igual de importantes, puesto que los mensajes que emitimos, y en consecuencia el uso que hacemos de la lengua, están -y tienen que estar- condicionados por el entorno en el que nos encontramos (no hablamos igual en nuestra casa que en un congreso, ni al dirigirnos a una comunidad extranjera en nuestra lengua materna).

En España triunfa el antinormativismo de la lengua y la idea de que la variedad estándar es aquella que hablan la mayoría de los miembros de una comunidad. Las ciencias tratan de discernir entre el significado especializado de las palabras y su significado común, y del mismo modo debemos acotar el significado de “estándar”.

En España existe la creencia de que la lengua estándar es lo mismo que la lengua general, sin embargo en otros países de Europa la definición de estándar se acerca más al concepto de una lengua utilizada para las relaciones oficiales. No todos los hablantes pueden hacer uso del estándar cuando lo precisan, pues en contra de la opinión general en nuestro país, no todos los hablantes conocen bien la lengua estándar, y quienes lo hacen sólo hacen uso de ella en el contexto adecuado, y no por ello están errando en el uso de la lengua.

Atenderemos a estudios sociolingüísticos porque la lengua forma parte de las características de un grupo, y porque de la complementación entre lengua y sociedad depende la comunicación.

La sociolingüistica es la rama de la ciencia que se ocupa de la relación entre sociedad y lengua. Sostiene que el uso del estándar no ensancha la brecha entre distintos integrantes de un grupo, sino que son los dialectos o variables subestándares los que realizan esta escisión.

Conocer bien el estándar, aunque su utilización perfecta sea difícil, nos ofrece facilidades para movernos en distintos estratos sociales, ya que la lengua es un rasgo representativo de nuestra persona. Para conocerla es necesaria una buena y correcta enseñanza lingüística, tarea que supone un esfuerzo añadido, dado el desinterés de los españoles por los usos del lenguaje.

COMENTARIO

En “Visiones Salmantinas” podemos encontrar “Sobre el estándar y la norma” de José Antonio Pascual Rodríguez y Emilio Prieto de los Mozos, junto a ensayos de otros autores como Javier San José Lera (“Azorín y la lectura de los clásicos”) y María Dolores la Calle Velasco (“De imperio colonial a comunidad cultural: el hispano-americanismo como propuesta regeneracionista”).

El texto de Pascual Rodríguez y Prieto de los Mozos, alaba las particulares propias de las variables de la lengua, y al tiempo trata de motivar el estudio y el uso adecuado de la lengua estándar y sus variables (“es necesaria la buena-enseñanza lingüística, claro está”).

La estructura de este ensayo divide el texto en dos epígrafes acerca del estándar y la norma. Y facilita una lectura fluida gracias a su división en apartados, la inducción al tema mediante párrafos introductorios y la complementación con ejemplos.

Las citas en (idiomas que no son en castellano) son introducidas en el texto sin traducción previa, lo cual es coherente con la afirmación de los autores de que muchas veces las confusiones lingüísticas se deben a traducciones erróneas (encontramos extractos de “Enciclopaedia Britanica 1994”, y de Le Monde”) .

Con intención de objetividad, sustentando el discurso con ejemplos y haciendo alusión a las ciencias que estudian la lengua, estos lingüistas presentan a un español poco conocedor de su lengua y defensor de los dialectos, al que tratan de incitar un discurso persuasivo e irónico a conocer a fondo su lengua (“¿no será porque la supuesta identidad de estándar y el español usado normalmente … es más un deseo que una realidad?”).

La lengua ha de ser parte de su personalidad y el hablante debe ser capaz de adaptarla según la ocasión lo requiera (“servirse de la lengua para la función representativa”, “saber cuál es la norma prestigiada en una comunidad lingüística –aunque uno disfrute incumpliéndola – es importante para la propia supervivencia”).



Por Shamai Aguirre de Cárcer Puttang

miércoles, 11 de febrero de 2009

Sobre el estándar y la norma

Audrey Cordova Flores

En el fragmento de José Antonio Pascual Rodríguez y de Emilio Prieto de los Mozos se aclaran dos nociones: la lengua estándar y la norma. En primer lugar es importante destacar que los problemas de lengua no se pueden solucionar tratando que todos los hablantes hablen de la misma manera. Nuestro "hablar" evoluciona con lo que nos rodea: el pasado, la geografía, nuestro grupo social y lo que damos por conocido.

La variación de una lengua es "un atributo natural de los sistemas lingüísticos". Una lengua siempre está estructurada, no es un simple conjunto de conceptos o nombres sin conexión. Por lo que la variación lingüística es importante e inevitable. (Dialectos)
Hoy en día el interés por la lingüística es cada vez menos importante por parte de los hablantes. Se trata de un antinormativismo lingüístico. No se puede confundir el estándar con la lengua general.

La noción de estándar está ligada a las nociones de prestigio, convención e historia. Por lo que le toca al hablante tener la competencia lingüística suficiente para saber lo que es o no correcto o adecuado para sus enunciados. Es importante recordar que todos tenemos una visión del mundo diferente y que lo que le parezca formal o informal a algunos no lo es para otros.
La sociolingüística moderna permite estudiar las valoraciones sociales.
La primera condición a la creación de un estándar consiste en escoger la variedad o variedades que nos permita escribir o hablar prestigiosamente. Además la noción de estándar es subjetiva y social y no tiene nada que ver con la lengua común. La pronunciación refleja en lo posible la lengua escrita y se atenúan los rasgos particulares de una determinada región; se busca la mayor transparencia de significado y disponibilidad en el léxico, y en la gramática.

La noción de norma, es definida como la estructura de la lengua. Nos permite tener actitudes diferentes según el momento en el cual estamos y utilizar la lengua de manera más seguros. Uno de los ejemplos que nos proponen Pascual y Prieto radica en los casos cuando estamos buscando trabajo y nos vamos a entrevistas: si estamos acostumbrados a cambiar el registro con facilidad, no tendremos ningún problema. También tenemos que prestar atención al modo de vestirse, pero esto siempre tiene que coincidir con la manera de hablar, ya que será inútil si no logramos de combinarlos estratégicamente.
"El relativismo en la valoración de los hechos de norma procede de que las elecciones prestigiadas en un determinado grupo social deban más al triunfo de una moda que a los dictados de la lógica".Las dificultades de normas siempre han causado pánico en los hablantes

Reseña:Sobre el estándar y la norma, J.A.Pascual Rodríguez y E.Prieto de los Mozos

En este texto, los profesionales de la lengua J.A.P.Rodríguez y E.P.de los Mozos, desarrollan de una forma que intenta ser amena los conceptos de lengua estándar y de norma (lingÜística), haciendo entender al lector lo positivo que resulta para el desarrollo de una lengua las variedades que puedan encontrarse en la misma, ya que la lengua es la herramienta de la que los hombres se sirven para comunicarse, y así, deberá ir cambiando, evolucionando y modificándose en consonancia con la sociedad que la utiliza sin quedarse atrás del proceso natural de cambio de una población o sociedad.
Así, encontramos dos partes bien diferenciadas en el texto, en la primera (dividida según los problemas a los que debe hacer frente en catorce apartados), nos habla sobre El estándar,mientras que en la segunda, continúa con La norma (dividad a su vez en seis capítulos).

Con el estándar, los autores comienan introduciéndonos el concepto de variación de la lengua, es decir:la lengua tiene una gama abierta a la variación que hace de éstas , las variaciones, (utilizadas según unos criterios fijos a unos marcos prefijados) unos modelos aceptados en el buen uso,sin que con ello se ''fomente el caos'', es decir, estas variaciones deben apoyar estos usos en un modelo de la lengua ya previamente establecido como el más recomendable(que no el único correcto) al que llaman el estándar y que definen como ''aquella forma de legua que se impone en un país dado, frente a las variedades sociales o locales; el medio de comunicación más adecuado que emplean comúnmente las personas que son capaces de servirse de otras variedades. Y que generalmente se trata de la lengua escrita y propia de las relaciones oficiales y es aquella forma que difunden la escuela y los medios de comunicación”
Así, cuanto más se acerque una lengua a su estándar , mayor será la perfección alcanzada; pero al no existir un hablante-oyente perfecto, no se va a llegar nunca hasta este punto porque siempre vamos a encontrarnos con problemas de este tipo, entre los que nombra, además, el casticismo y la originalidad, que, por otro lado, también hacen de la lengua ese elemento rico y útil.

En segundo lugar, los autores nos remitían al último gran concepto del texto:la normalización de la lengua.En este apartado abordan también cuestiones más sociales, y hablan, por ejemplo, de los registros a la hora de poder encajar en alguna situación social mediante un cambio del mismo a otro más formal como haríamos en una entrevista de trabajo, por ejemplo.Los autores sitúan a la norma ''a medio camino entre el plano meramente gramatical y el de uso, el estándar de un modo particular'', ya que nos orientan a la hora de elegir elementos en la lengua que a lo mejor la incumple pero que debemos conocer al menos para conseguir la reaccion que se quiera.Además conocer la norma de determinados lugares geográficos ayuda a la integración dentro de los mismos, aunque aplicar la norma no quiera decir lo mismo que hablar de manera estándar, ya que son cosas diferentes.

Así, podemos concluir que aunque los hablantes debamos acercarnos lo que más podamos al uso del estándar y a la aplicación de la norma; no debemos alejarnos de las variedades que hacen de ella esa herramienta admitida por todos y utilizada por los mismos, es por ello que los lingüistas y filólogos deben cuidar de que el equilibrio estándar-variedad-norma sea el correcto para evolucionar a la vez que quedarnos donde estamos (en cuanto a normativa lingüística)

Andrea Echeverría Fernández

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